Con los pies en la Luna - Parte III

Hemos hablado en las entradas anteriores sobre las visitas a la Luna y los objetos traídos de ella, pero el ser humano ha dejado algo más que su huella en la Luna: 175 toneladas de materiales se han ido quedando sobre la desprotegida superficie lunar. Hagamos un pequeño inventario de ellos.

Uno de los Rover lunares LRV de la NASA.

Alrededor de 175 000 kg de objetos han quedado en la Luna desde que tuvo lugar el comienzo de este hito espacial, repartidos en decenas de aparatos y restos de naves que fallaron de varios países, la mayoría de Estados Unidos y Rusia, y, recientemente, dos de China, una de Israel y una de India. Y también estrelladas a propósito, una de Europa, una de India, dos de Japón y la fase de ascenso de la Chang’e 5, aparte de las diversas naves que están en órbita constantemente.

Los materiales mayores son las fases S-IVB de los cohetes Saturno y los módulos lunares de descenso (de aterrizaje), y, después, sismógrafos, reflectores para láser de mediciones, vehículos robotizados y rovers para astronautas, dos telescopios, y multitud de pequeños objetos, muchos de ellos abandonados para aligerar y facilitar el despegue o para intercambiar su peso por rocas: bolsas de basuras y desechos biológicos de astronautas, cámaras de fotografía y de televisión, botas, herramientas, una pluma, pilas y baterías, banderas, fotografías, un disco, pelotas de golf, medallas e insignias, una pequeña escultura, una urna funeraria… (en Marte, hasta ahora, sólo hay unas 8 toneladas de naves, restos y vehículos, y unas 22 toneladas en Venus).

El primer objeto en llegar a la superficie de la Luna fue la nave Soviética Luna 2, estrellada a propósito en setiembre de 1959.

Foto de la LRO en la que se ven la etapa de descenso del Apolo 17 (llamada Challenger), el rover lunar, la estación de experimentos ALSEP y numerosas huellas. @NASA.

Las fases S-IVB de los cohetes Saturno fueron las que impulsaron hasta la Luna a los módulos de servicio y lunares. Una vez en órbita lunar, las fases se estrellaron a propósito contra la superficie, lo cual se aprovechó para realizar mediciones sismográficas (exceptuando la del Apolo 11, lógicamente).

Los módulos lunares estaban formados por dos bloques unidos que alunizaban. Al acabar los trabajos en superficie, los dos astronautas regresaban al módulo de mando y servicio, que esperaba en órbita con su compañero, mediante el módulo de ascenso, y la otra mitad, el módulo de alunizaje, quedaba allí para siempre. En las 6 ocasiones, volvieron a la Tierra con los módulos de mando, y los de ascenso se dejaron en órbita lunar y ya se estrellaron, excepto el del Apolo 10, que sirvió de pruebas y quedó en órbita solar, donde aún permanece, pero no se sabe en qué lugar concreto.

El pequeño rover Yutu 1 visto desde la Chang’e 3 (CNSA; foto procesada por Emily Lakdawalla,
The Science and Application Center for Moon and Deepspace Exploration).

Sobre la Luna también se encuentran varios vehículos robotizados norteamericanos, otros de la antigua Unión Soviética y dos recientes de China, más varias sondas no móviles de los dos primeros y dos de China (que portaban esos dos vehículos), el aterrizador de la Chang’e 5 (cuya nave de retorno trajo muestras a la Tierra), y los 3 rovers todoterreno (o LRV, o roving, o moon buggies) con los que los astronautas recorrieron 91 km por la Luna y recogieron muestras (misiones Apolo 15, 16 y 17). Llegaron a ella plegados en cajas y se desplegaron allí, donde permanecen, al igual que los rastros dejados por ellos y por los astronautas en sus misiones, todos observados y fotografiados, hoy día, por varios satélites.

Un inventario singular de objetos de lo más variados

La siguiente es una lista no exhaustiva de los objetos y materiales que permanecen en la Luna:

  • Los restos de varias naves soviéticas y norteamericanas que se estrellaron por fallos diversos. Y, recientemente, los de la nave que envió Israel con financiación privada, y los de otra nave de India.

  • Restos de otras sondas, estrelladas a propósito, dos de Japón (agencia JAXA), una de Europa (ESA) y una de India.

  • 6 pequeñas estaciones de experimentos alimentadas por plutonio (RTG), con sismógrafos, gravímetros, espectrómetros, magnetómetros y otros aparatos y detectores (de polvo, partículas, iones, temperatura), llevadas por las misiones Apolo: la del Apolo 11 se denomina EASEP (Early Apollo Scientific Experiment Package), y las cinco siguientes, ALSEP (Apollo Lunar Scientific Experiments Package).
  • Varios reflectores para medición por Laser desde la Tierra (LRRR), tres instalados por los Apolo y dos en los Lunojod soviéticos. Así se ha podido saber con gran precisión que la Luna se aleja de nosotros 3.8 centímetros por año, además de comprobar otros datos gravitatorios.

  • Dos pequeños telescopios para ultravioletas, el primero llevado por Apolo 16 en 1972, y uno más reciente, también para ultravioletas, que llevó la nave china Chang’e 3 en 2013.

La sonda china Chang’e 3 vista por su rover Yutu 1 el 13 de enero de 2014 (China National Space Administration, CNSA; foto procesada por Emily Lakdawalla, The Science and Application Center for Moon and Deepspace Exploration).

  • Cámaras de televisión y de fotografía. Algunas cámaras grabaron los despegues de los módulos de ascenso, otro de los hechos más impresionantes.

  • Contenedores con desechos biológicos y bolsas de basuras. Aunque sea un sucio y problemático asunto, no es probable que presenten ya riesgos biológicos después de tanto tiempo recibiendo altas dosis de radiaciones sin protección. Una de las bolsas de heces (sí, ¡dejaron heces!) llegó al suelo lunar antes que Armstrong, ya que la tiró él antes de bajar del módulo lunar (tenían esa orden), y aparece en algunas fotografías.
     
Neil Armstrong, la bandera dejada por Apolo11, huellas, y... una bolsa de caca junto a la pata del módulo Eagle, en la parte izquierda de la imagen. @NASA.
  • Baterías y pilas desechadas.

  • Botas, partes de los trajes de astronauta, cables, antenas, toallas, trípodes, bolsas, cajas, herramientas y una pluma de halcón. Se realizó el experimento de dejar caer una pluma y un martillo a la vez, en ausencia de atmósfera, para demostrar que caen al mismo tiempo, tal como dijo Galileo hace 400 años (David Scott, del Apolo 15).

  • Banderas norteamericanas plantadas por astronautas de las seis misiones Apolo. La primera (Apolo 11) fue tirada al suelo por el despegue de la fase de ascenso. Las demás, en consecuencia, se pusieron más alejadas de las naves.

  • Un disco con mensajes y saludos de varios países.

  • 2 pelotas de golf: Alan Shepard «pasó de contrabando» dos pelotas y un palo de golf en piezas y los usó en la Luna ante los asombrados ojos de la NASA (Apolo 14); el palo lo volvió a traer a la Tierra y lo donó a la Asociación Norteamericana de Golf. Este hecho fue una broma personal, pero, para algunos, quizá, es el gesto que más nos define como especie de todos los realizados en nuestro satélite; para otras personas lo será el haber llevado recuerdos o fotografías, o el traer muestras de rocas.

  • Medallas e insignias; al menos una medalla de la USAF de Ch. Duke, una insignia de plata de Alan Bean, las insignias de los fallecidos en el Apolo 1 y unas medallas conmemorativas de Yuri Gagarin (el primer ser humano y soviético en orbitar la Tierra) y Vladímir Komarov.

  • Una rama de olivo hecha de oro, que dejó Neil Armstrong (Apolo 11) como símbolo humano de la paz.

  • Una pequeña escultura de aluminio y una placa dejadas por David R. Scott (Apolo 15) en memoria de todos los astronautas y los cosmonautas (soviéticos) caídos, que murieron preparando la aventura de ir a la Luna.

Arriba, la rama de olivo de oro que dejó Neil Armstrong como símbolo de paz, Apolo 11.
Abajo, la pequeña escultura de aluminio y la placa en memoria de los astronautas fallecidos, dejadas por David Scott, Apolo 15. @NASA.







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Última entrada

Asteroides y cometas visitados por sondas espaciales

Por Fernando Sa Ramón  Para quienes nos apasionamos por el cosmos y los misterios que entraña el Universo, una parte muy fascinante de la in...