Las salas del Museo de Matemáticas (I): María Andresa Casamayor de La Coma

 Por: Julio Bernués (AAHU)

Este artículo es el primero de una serie de publicaciones donde hablaremos sobre los personajes que dan nombre a las salas del Museo de Matemáticas de Aragón. La primera sala está dedicada a María Andresa Casamayor de La Coma (1720-1780), autora del primer manual científico escrito por una mujer del que se tiene constancia en España.


Primera página del Tyrocinio arithmetico, Instruccion de las quatro reglas llanas.
Biblioteca Nacional de España

María Andresa nació en Zaragoza, en el seno de una familia acomodada dedicada al comercio textil. Era la séptima de los nueve hijos del mercader francés procedente de Oloron, Juan Joseph Casamayor, y la zaragozana, también de ascendencia francesa, Juana Rosa de La Coma.

La familia proporcionó a los varones una educación superior universitaria. Sin embargo, en aquella época, las mujeres tenían prohibida la entrada a la Universidad, así que ¿cómo pudo aprender María Andresa?  

María Andresa recibió educación formal en la casa familiar situada en la zaragozana Calle del Pilar. Muy probablemente fue impartida por un tutor escolapio. Esta orden acababa de establecerse en Zaragoza y estaba próximo a abrir su prestigioso Colegio de Santo Tomás de Aquino de las Escuelas Pías de Zaragoza.

Con solo 17 años, María Andresa escribió el manual sobre aritmética Tyrocinio arithmetico, Instruccion de las quatro reglas llanas (Zaragoza: Joseph Fort, 1738). Más tarde llegaría “El parasi solo” de Casandro Mamés de la Marca y Arioa. Noticias especulativas y prácticas de los números, uso de las tablas de las Raízes y reglas generales para responder à algunas demandas que con dichas tablas se resuelven sin álgebra, un manuscrito de aritmética avanzada que nunca llegó a publicarse.

El Tyrocinio arithmetico es un manual práctico de aritmética que contiene numerosos ejemplos y casos reales para aprender de manera directa el empleo de las cuatro reglas básicas: suma, resta, multiplicación y división. En sus líneas se evidencia, además, un conocimiento riguroso de las unidades de longitud, peso y moneda (y sus equivalencias), tan necesarias para las transacciones comerciales de la época.

En aquel tiempo, muchas comarcas tenían sus propias unidades de medida, lo que dificultaba el comercio entre localidades relativamente próximas. Por ejemplo, en Aragón, los vinos se medían por nietros (es decir, 16 cántaros) que equivalían a 159,7 litros en la provincia de Huesca y a 158,56 litros en la de Zaragoza. Un cántaro pesaba 28 libras, el cántaro de vino de Aragón equivalía a 20 cuartillos y 5 doceavos de Castilla, el cuartillo de Castilla pesaba 16 onzas, y la cántara castellana (es decir, 32 cuartillos) correspondía a un cántaro, 9 cuartillos, una onza, 11 arienzos y 9 granos de Aragón.

Como se puede deducir de lo anterior, las conversiones de unidades resultaban entonces una verdadera pesadilla. En su tratado, María Andresa comparaba muchas de estas unidades utilizadas en Aragón, Navarra y Castilla, y presentaba «trucos aritméticos» que ayudaban a una mayor fluidez en los intercambios comerciales.

Había otros textos dedicados a explicar las reglas de la aritmética, pero eran extensos, incluidos en obras más generales, complicados de leer y no siempre asequibles a cualquier persona. Sin embargo, el Tyrocinio tenía una marcada intención didáctica: se dirigía a comerciantes y población en general. Sin duda ayudó a este colectivo a revisar operaciones y a evitar engaños y malentendidos.

El Tyrocinio es el primer manual científico escrito por una mujer en España del que se tiene constancia. María Andresa publicó este texto (que se conserva en la Biblioteca Nacional) bajo seudónimo de Casandro Mamés de la Marca y Araioa, un elaborado anagrama, mismas letras en distinto orden, de su verdadero nombre que, sin duda, evitaba el menosprecio inmediato a un tratado de matemáticas escrito por una mujer.


Julio Bernués y la actriz Encarni Corrales interpretando a María Andresa
en el balcón de la casa de la autora en la calle Palomar, 37, Zaragoza.

El escolapio y catedrático de matemáticas Juan Francisco de Jesús y el fraile dominico Pedro Martínez fueron los encargados de las censuras (reseñas) necesarias para aceptar la publicación del Tyrocinio. Pedro Martínez expresaba que los textos de estas características solían ser más extensos, lo que incrementaba su precio, revelando las intenciones del autor: «Su fin, en esta Obrilla solo es facilitar esta instrucción a muchos, que no pueden lograrla de otro modo». El dominico, matemático e intelectual fue uno de los principales protectores y colaboradores de la joven.

Su segunda obra, El parasi solo, traducido como «escrito en soledad», es un manuscrito perdido, escrito también para facilitar las transacciones comerciales.

En aquella época, los libros de comerciantes eran gruesos volúmenes en los que se listaban las unidades de peso, volumen, longitud, moneda de multitud de ciudades y países. Todos ellos contenían en sus últimas páginas una «calculadora»: las tablas de logaritmos. Estas eran empleadas por los comerciantes para acortar las inacabables multiplicaciones y divisiones que necesitaban.

Pues bien, en El parasi solo, María Andresa propone tablas de raíces, para acortar más aún los cálculos. Es decir, de haberse publicado, su libro habría sido la «tecla raíz cuadrada» de las calculadoras de la época. La primera tabla de raíces publicada en España data de 1780, en Barcelona.

En 1738 falleció el padre de María Andresa, y un año más tarde, su amigo y protector Pedro Martínez. Con la pérdida de todos los apoyos varones, la joven tuvo que trabajar para ganarse la vida ya que, contra las costumbres de la época, ni se casó ni ingresó en la Iglesia. Se mantuvo como maestra de niñas y de primeras letras en las aulas públicas de la ciudad. Como parte de la retribución, le fue concedida una casa en la que vivir que, milagrosamente, todavía sigue en pie.

En la web del Museo de Matemáticas se encuentra toda la documentación original y los datos que la investigación de Pedro Miana y Julio Bernués sacó a la luz sobre nuestra protagonista. Paralelamente, Mirella Abrisqueta, de la productora Sin Tregua, dirigió en 2020 un documental sobre María Andresa Casamayor de La Coma titulado La mujer que soñaba con números.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Última entrada

Las salas del Museo de Matemáticas (III): María Teresa Lozano Imízcoz

Por: Julio Bernués Este el tercer y último artículo de la serie de publicaciones donde contamos quiénes son los personajes que dan nombre a ...