Por Fernando Sa Ramón (AAHU)
Parece una pregunta tonta para quienes nos dedicamos a esto, profesional o personalmente, pero nuestras ciencias nos llevan a cuestionar y replantear continuamente muchos de los conceptos e ideas preestablecidas. A veces es importante remitirse a los inicios, a las bases del conocimiento, para poder ir hacia adelante.
¿Qué es la Astronomía?
En su sentido etimológico, es la ciencia que estudia los cuerpos celestes. Sin embargo, es mucho más: la Astronomía es la ciencia que estudia la estructura, disposición y movimiento de la materia y la energía en el Universo, y las leyes que los rigen, es decir, es un concepto muy amplio que abarca el estudio de átomos, moléculas, radiación y luz, tiempo, gravedad, energía, planetas, satélites, asteroides, cometas, meteoritos, estrellas, gas, polvo, nebulosas, medio interestelar, cuásares, púlsares, agujeros negros, materia oscura, galaxias, cúmulos de galaxias, expansión del Universo, además de los instrumentos de observación y los observatorios.
Las ramas de estudio que abarca son: Astronomía de posición, Astrometría, Astrodinámica, Astronáutica, Espectrometría, Radioastronomía (y de otras ondas electromagnéticas), Astrofísica, Astroquímica, Cosmología, Mecánica Celeste, Física Cuántica, Fuerzas Fundamentales, Electromagnetismo, Física de Altas Energías y de Astropartículas.
Por lo tanto, se podría asegurar sin temor a equivocarnos que todo es Astronomía y que todo lo que somos, vemos, estudiamos, hacemos o sucede a nuestro alrededor es parte de la evolución del Universo y que, para encontrar respuestas aquí, en la Tierra, casi siempre hay que mirar afuera, hacia el Espacio.
¿Qué NO es la Astronomía?
La Astronomía no se debe confundir con la astrología, que es un conjunto de tradiciones y creencias que sostienen que es posible pronosticar los sucesos de nuestra vida y el significado de los hechos mediante la observación de la situación y el aspecto de los planetas, las estrellas y las constelaciones, algo que carece de fundamento científico y de demostración efectiva, por más que atraiga a un mayor número de personas que la ciencia; la popularidad de la astrología se ha aprovechado para numerosos timos y lucros inescrupulosos, como se verá más adelante.
Tampoco hay que confundirla con la ciencia-ficción, aunque están relacionadas y se complementan, ya que unas cosas son la imaginación y lo hipotético, y otra la tozuda realidad, temas que pocas veces coinciden. Y nos referimos a la ciencia-ficción científica, seria, razonable, aceptable; por eso, tampoco se debe confundir con lo que podríamos llamar tontería-ficción, que es más abundante, lamentablemente.
En este momento, la Astronomía es una de las ciencias que más se apoya en la colaboración colectiva y de aficionados, por el elevado número de observaciones y por el tratamiento de ingentes cantidades de datos que la comunidad científica pone a disposición general, a pesar de la dificultad que entraña.
Mucho se habla de Astronomía en medios de comunicación, pero suele olvidarse que es realmente compleja y extensa, que requiere mucho estudio, esfuerzo y dedicación, y que trata de explicarnos qué somos y por qué estamos aquí. Paradójicamente, se suele hablar de sus contenidos muy a la ligera, sin preocupación por los datos expuestos, a veces mintiendo, y, muchas otras veces, bajo prismas de sensacionalismo innecesario o mezclando cuestiones esotéricas o insustanciales que desvirtúan su trascendencia y confunden a quienes reciben la información.
Esto es algo que está pasando, también, con todos los temas de ciencia y tecnología en general; como esta situación es difícil de corregir, se está produciendo una separación casi total de los sectores científicos y el resto de la sociedad, lo cual es un fanco retroceso que puede llevar al fracaso como especie avanzada.
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