El día en que todo pudo cambiar

Por Fernando Sa Ramón (AAHU)

Un relato de ficción pero no tan ficticio, basado en ciencia actual y tan real como podríamos imaginar en nuestros mejores sueños o peores pesadillas. Un llamado a la reflexión y a la autocrítica.

Meteorito aproximándose a la Tierra. Imagen creada con IA por kjpargeter en Freepik.

Hoy ha amanecido como cualquier otro día de antes del impacto; bueno, si no fuera  por esas bonitas pero extrañas capas de colores rojizos, marrones y grises debidas al polvo y las cenizas que se están esparciendo por el mundo, y que millones de cámaras y móviles fotografían desde hace horas. Una vez más se demuestra que todos navegamos en el mismo barco. No hay nubes, hace fresco y se oye el murmullo del campo y del despertar habitual de cada día en la ciudad.

Pero algo no es como era ayer, porque el devastador choque del asteroide nos hace estar a la espera de ver qué va a hacer la humanidad a partir de ahora. El día de ayer constará para siempre en los libros y en los medios de información del futuro, igual que la firma radiactiva que nuestra especie está dejando grabada para siempre en los estratos geológicos que se forman desde 1945, cuando se comenzaron a utilizar armas y energías atómicas.

Las miles de advertencias que lanzan desde hace tiempo los científicos y algunas instituciones, como el Asteroid Day, no han servido de mucho, sobre todo a niveles políticos y gubernamentales. De todas formas, tampoco hemos tenido tiempo suficiente para preparar una tecnología de protección. ¿O tal vez sí, pero no se ha sabido aprovechar? Lo único que era evidente es que, estadísticamente, aun siendo difícil, podía suceder. Y aquellos «pequeños avisos», como los de Tunguska, Sikhote-Alin, Villalbeto de la Peña, Cheliàbinsk, Dinamarca, Cochabamba o Detroit, no fueron suficientes ni alertan adecuadamente a la población, que, a pesar de reconocer la magnificencia de estos hechos, no acaba de entender ni de aprender lo que decimos esos lunáticos aficionados y los profesionales de la Astronomía.

Todas esas nuevas sondas espaciales enviadas para estudiar más asteroides y, de nuevo, recoger muestras de ellos, han sido adelantadas por uno de los millones de estos que pasan desapercibidos para nuestra actual tecnología, y que, además, venía por el lado del Sol, así que era muy difícil detectarlo a tiempo. Es complicado hacer entender a los profanos que, aunque no se note, vivimos en una auténtica escombrera planetaria plagada de restos de la formación de nuestro sistema solar, miles de los grandes, millones de los pequeños, y de todos los tamaños; y que parece un lugar tranquilo solo porque casi todos mantienen órbitas bastante estables, hasta que se cruzan con la de un planeta.

Sólo habría que recordar el espectacular choque del cometa Shoemaker-Levy 9 contra Júpiter en 1994, roto en varios pedazos dos años antes por las tremendas fuerzas gravitatorias de este gran planeta salvador, al que tenemos que agradecer que atraiga numerosos fragmentos orbitales.

Desastre natural volcánico. Imagen creeada con IA por Freepik.

Los planetas y sus lunas son grandes y visibles, pero el resto de cascotes no. Actualmente, con la ayuda de potentes aparatos astronómicos y ordenadores, los astrónomos tienen estudiados y controlados más de un millón de asteroides y sus órbitas, y su número crece rápidamente cada día. Pero la mayoría son grandes y medianos, y los problemáticos son los pequeños (de menos de 500 metros), porque son muy difíciles de detectar y porque su número es colosal, quizá de miles de millones, y algunos representan un potencial peligro para la vida en la Tierra.

En realidad, a nuestro hogar planetario le es indiferente el ser golpeado constantemente por estos o la radiación recibida, los movimientos orogénicos, las extinciones masivas de especies, el cambio climático, la contaminación… Los problemas son para la vida en general, y, sobre todo, para nosotros, los seres humanos, y no sólo porque podemos desaparecer, sino porque ya somos plenamente conscientes de todos estos hechos y podríamos remediarlos o atenuarlos. Pero seguimos sin hacer algo.

¿Cambiarán ahora las cosas? Seguramente no, porque hemos tenido una suerte relativa; ha sido un asteroide «pequeño», probablemente una roca de menos de 200 metros, y sólo ha provocado unos cuantos cientos de miles de muertos en una zona pobre, un terremoto de grado 6 en los alrededores, un cráter algo más grande que el Barringer y una reducida lluvia de tectitas (por haber caído en arena desértica, que resultó fundida, expulsada y resolidificada lejos de allí).

Ocurre lo mismo con los desastres naturales, las guerras, los abusos de grandes corporaciones, cuando estos hechos suceden lejos de los países más avanzados (en teoría): para que las anquilosadas sociedades humanas y sus absurdos dirigentes reaccionen y tomen medidas adecuadas, humanitarias, suficientes y no afectadas por la corrupción, debe ser necesario que desaparezca, de golpe, la mitad de nuestra especie.

Podría haber sido menos desastroso si hubiese ocurrido en una zona menos poblada, y podría haber sido mucho peor si hubiese impactado en otra gran ciudad o en la costa, o si hubiese sido de mayor tamaño. Solo la probabilidad y el hecho de que la mayor parte de la superficie terrestre esté deshabitada hacen que tengamos suerte o no, pero la cuestión importante es que parece que hemos perdido la capacidad de reacción, la lógica y la empatía.

Grupos de científicos, de «caza-meteoritos» y de aficionados de todo el mundo iremos a estudiar el acontecimiento e intentar obtener resultados y conclusiones que nos ayuden a protegernos mejor la próxima vez, y a gritar hasta la saciedad que esto no tiene que ver con todas las estrafalarias ideologías políticas y religiosas, sino con la realidad, con la física, con la evolución del Universo y con nuestra propia evolución.

Pero claro, es tan difícil hacer ver la realidad a miles de millones de personas que han sido privadas de una cultura realista, o engañadas y adoctrinadas en bases falsas creencias durante generaciones. La especie humana es más complicada de lo que pensamos y sigue dominada, de momento, por la genética y por algunos que se han dado cuenta y se aprovechan de ello para su propio beneficio.

Y también se recogerán y se venderán fragmentos; a muchos siempre nos ha fascinado poder tener en nuestras manos unos meteoritos, unos trozos del comienzo de la formación de nuestro sistema planetario e, incluso, de antes, que han vagado por el espacio durante miles de millones de años y ahora están aquí, en nuestras casas y museos; pero éste lo vemos diferente, tiene un sabor agridulce, tiene tanto de interesante como de triste por lo que ha ocurrido.

Y, cuidado, no será el último, por supuesto; pueden llegar más mañana o dentro de mil años, como sucede con los grandes estallidos volcánicos y terremotos, pero es algo inseparable, inevitable e inherente al desarrollo del Sistema Solar: destrucción y creación en un ciclo infinito. La comunidad científica ha demostrado que, cada pocos miles de años, pueden impactar varios de este tipo; cada cientos de miles de años, algunos mayores; y cada millones de años, alguno gigante, devastador y extinguidor de especies.

Ahora toca tomar decisiones. Demasiados años se han perdido planteando numerosos proyectos teóricos acerca de desviar asteroides con armas nucleares, con cohetes impulsores, con el efecto Yarkovsky (que hace que se pueda modificar levemente una órbita por radiación diferencial). Ningún gobierno del mundo vio necesario invertir dinero en algo así. ¿Verán ahora la realidad? Ya no se trata de ciencia-ficción, es una faceta más de la investigación espacial y es supervivencia pura. ¿Se le dará más importancia ahora a promover los temas científicos en lugar de los que atontan y anestesian a la sociedad?

El hecho de que estemos en la Tierra es una rara casualidad que, científicamente, casi se comprende del todo; decía Carl Sagan que «somos polvo de estrellas que piensa acerca de las estrellas». Pero también somos solo unos seres diminutos y frágiles sobre una mota de polvo perdida en la inmensidad del universo, así que podríamos extinguirnos por una causa exterior o por nosotros mismos. Como especie tecnológicamente muy avanzada, ¿seríamos capaces de evitarlo?

Y si lo somos, ¿ese acto sería evolución o sería una alteración de la evolución?


Mercurio: El veloz vecino del Sol

 Por Luis Escaned (AAHU)

Como ya hemos dicho varias veces, otoño es la época ideal para observar los planetas. No obstante, Mercurio, el más cercano al Sol y el más escurridizo de todos.

Hemisferio sur de Mercurio. Imagen de ESA.
Hemisferio sur de Mercurio. Foto de JPL, ©ESA.

Mercurio, el planeta más cercano al Sol, es un lugar de temperaturas extremas. Durante el día, su superficie puede alcanzar los 430°C, mientras que por la noche desciende hasta los -180°C. A pesar de estar tan cerca del Sol, no es el planeta más caliente del sistema solar debido a la falta de atmósfera.

Observación de Mercurio en septiembre

Diciembre es un buen mes para observar a Mercurio. El 23 noviembre alcanzará su perihelio, lo que significa que estará muy cerca del Sol y no será visible, pero a partir del 7 de noviembre puede ser visible al atardecer, a unos 23 grados. A partir 20 de diciembre, Mercurio estará en su fase de dicotomía (se podrá ver al amanecer unos 20º sobre el horizonte) lo que significa que estará medio iluminado, lo que ofrecerá una vista interesante.

Si tienes un telescopio o binoculares, podrás apreciar mejor los detalles de Mercurio durante estos días. Recuerda observar siempre antes del amanecer y buscar un lugar con poca contaminación lumínica para una mejor vista.

Como dato curioso, el 29 de diciembre podremos ver, al amanecer, a Antares y Mercurio separados 8º. A continuación verás una foto bonita con el punto rojo de Antares y el gris marrón de Mercurio.

Captura de pantalla de Stellarium con Mercurio y Antares. Foto de Luis Escaned.

Un día en Mercurio

Una de las características más peculiares de Mercurio es su rotación. Mientras que la Tierra tarda 24 horas en completar una rotación, Mercurio tarda 58,6 días terrestres. Además, su órbita alrededor del Sol es muy elíptica. Esta combinación de factores hace que un día solar en Mercurio (el tiempo que tarda el Sol en volver al mismo punto en el cielo) dure 176 días terrestres.

Una superficie marcada por cráteres

Una de las características más distintivas de la superficie de Mercurio son las llamadas «escarpas», enormes acantilados que se formaron cuando el interior del planeta se enfrió y se contrajo.

Las siguientes son imágenes de Mercurio del 4 y 5 de septiembre de 2024, obtenidas por ©ESA Jaxa en la Misión BepiColombo:























Un núcleo metálico gigante

A diferencia de la Tierra, Mercurio tiene un núcleo metálico desproporcionadamente grande, que constituye aproximadamente el 70% de su masa. Este núcleo se compone de hierro y níquel.


Estructura interna y superficie de Mercurio. Créditos de la imagen: ESA / Mercury surface: NASA/Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Carnegie Institution of Washington.

Exploración de Mercurio 

Debido a su proximidad al Sol y a las duras condiciones en la superficie, explorar Mercurio ha sido un desafío para la comunidad científica.

Misiones Completadas

Mariner 10 (NASA): Fue la primera sonda en visitar Mercurio, con tres sobrevuelos entre 1974 y 1975. Nos proporcionó las primeras imágenes detalladas de la superficie del planeta, revelando un mundo lleno de cráteres y escarpas.

Messenger (NASA): Lanzada en 2004, esta sonda realizó numerosos sobrevuelos antes de entrar en órbita alrededor de Mercurio en 2011. Durante cuatro años, estudió la composición, geología y campo magnético del planeta, proporcionando una gran cantidad de datos científicos.

Misiones en Curso

BepiColombo (ESA/JAXA): Esta misión conjunta entre la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) se lanzó en 2018. La sonda está realizando un largo viaje hacia Mercurio, utilizando múltiples sobrevuelos planetarios para frenar y entrar en órbita alrededor del planeta en 2025. BepiColombo consta de dos orbitadores, uno europeo (MPO) y otro japonés (MMO), que estudiarán diferentes aspectos de Mercurio.


¿Qué más sabemos sobre Mercurio?

Atmósfera: Mercurio tiene una exosfera extremadamente delgada, compuesta principalmente de átomos de helio, sodio, oxígeno y calcio. Esto es debido a las altas temperaturas, la baja gravedad, la ausencia de campo magnético y el viento solar que provoca que tenga una cola de sodio como si fuera un cometa.

Formación: La teoría más aceptada sugiere que Mercurio se formó a partir de la misma nebulosa solar que dio origen a los demás planetas de nuestro sistema. 

Hipótesis sobre la formación de Mercurio

Grandes impactos: Una teoría sugiere que Mercurio sufrió impactos gigantescos con otros protoplanetas durante las primeras etapas de la formación del sistema solar que podrían haber vaporizado gran parte del manto rocoso de Mercurio, dejando un núcleo metálico expuesto.

Intensa radiación solar: La intensa radiación del Sol joven pudo haber soplado los elementos más ligeros y dejado atrás los más pesados.

¿Qué sabemos con certeza?

Acreción: Mercurio se formó por acreción de material en la nebulosa solar.

Diferenciación: Mercurio experimentó un proceso de diferenciación, en el que los materiales más densos se hundieron hacia el centro del planeta y formaron el núcleo.

Bombardeo intenso: Sufrió un intenso bombardeo de meteoritos, lo que dejó su superficie marcada por cráteres.


La Importancia de estudiar a Mercurio

  • Las observaciones de la órbita de Mercurio revelaron discrepancias con las predicciones de la mecánica newtoniana, explicadas con precisión por la teoría de Einstein.

  • Mercurio es un laboratorio natural para estudiar los efectos de temperaturas extremas, radiación solar intensa y campos magnéticos débiles. Al entender cómo ha evolucionado en estas condiciones, podemos obtener una mejor comprensión de los límites de la habitabilidad planetaria.

  • Estudiar la composición y estructura de Mercurio nos proporciona pistas cruciales sobre los procesos que ocurrieron durante la formación de nuestro sistema solar.

  • Mercurio ha experimentado una historia geológica muy diferente a la de la Tierra. Al estudiar las cicatrices dejadas por impactos de meteoritos, las erupciones volcánicas y otros procesos geológicos, podemos obtener una mejor comprensión de los procesos que dan forma a los planetas.

  • Al estudiar la superficie y la atmósfera de Mercurio, podemos obtener información sobre los procesos que erosionan las superficies planetarias y cómo interactúan con el viento solar. Esta información es crucial para desarrollar estrategias de protección planetaria y para tener dimensión de los riesgos que enfrentan las misiones espaciales tripuladas.

  • Muchos de los exoplanetas descubiertos hasta la fecha orbitan muy cerca de sus estrellas y comparten algunas características con Mercurio, y podemos desarrollar modelos que nos ayuden a comprender mejor este exoplaneta.


Fuentes:

Mercurio (Planeta) | Información, Datos y Características (planetario.net)

Todo sobre Mercurio | Star Walk

Mercury - NASA Science

Curiosas relaciones de la Astronomía con el ser humano

 Por Fernando Sa Ramón (AAHU)

El presente contenido introduce algunas reflexiones y nociones básicas que anteceden una serie de artículos de Fernando Sa Ramón, socio de la Agrupación Astronómica de Huesca, escritos durante 2019 y que abordan la relación de la humanidad con la Astronomía y el universo.

  La Península Ibérica desde la Estación Espacial Internacional (NASA/ESA/Samantha Cristoforetti)
Publicada en Infoespascial.com

Algunas reflexiones preliminares

En la actualidad hay que tener mucho cuidado con lo que se lee o escucha en diversos medios de comunicación, por cuatro razones principales: 1. porque los seres humanos nos equivocamos; 2. porque es muy difícil inspeccionar todo lo que se expone al público; 3. porque mucha gente vuelca su información de manera errónea, sesgada, inexacta, y, sobre todo, no contrastada o comprobada, o, aún peor, interesada según su conveniencia y sus oscuros propósitos; y, 4. porque la Ciencia, como creación humana, puede estar sujeta a las glorias y a las miserias de nuestra especie.

Si hablamos del caso concreto de Internet, el asunto se dispara y se nos va de las manos, aunque tenga cosas buenas, por supuesto. Internet es, a la vez, una enorme fuente de conocimiento global y el mayor basurero de engaños, mentiras, errores y estafas que haya existido, sobre todo en cuestiones científicas. En un viejo programa de radio decían que «la maquinaria social vomita sobredosis de información». Ante este panorama se necesita pensamiento crítico, sensatez, aprendizaje personal, desconfiar de las soluciones fáciles, apartarse de los temas esotéricos y aceptar algo de ayuda.

La información falsa siempre se ha usado como medio de poder y, actualmente, esta situación ha empeorado; tanto que numerosas figuras científicas, escritores, filósofos, periodistas, particulares y universidades dan las voces de alarma e intentan averiguar por qué la mayoría de la gente cree más en los engaños y en los mitos que en la información real. Incomprensiblemente, no se les hace mucho caso.

En esta serie de escritos no vamos a caer en insensateces, y todo lo que aquí se expone es ciencia pura, demostrable, palpable, verdadera, y también más humana y cercana de lo que se pueda pensar, en algunos casos, aunque pase inadvertida; además, comprende una laboriosa y bien investigada recopilación y ordenación de datos, ya que la mayoría de la información se encuentra muy dispersa. También se advertirá claramente cuando se trate de una hipótesis o una probabilidad.

El primero es el único relato con partes ficticias, pero probables y basadas en ciencia real, para sumergirnos de una forma más sugestiva y entretenida, además de ofrecer una introducción y compendio de los siguientes artículos. El motivo de este atrevimiento es, simplemente, compartir conocimiento, inquietudes científicas, divulgar, incluso estimular un poco o provocar de manera positiva a esta desconcertada sociedad que, tecnológicamente, puede llegar a Marte, pero, socialmente, está como en la Edad Media.

No podemos saberlo todo, pero la ciencia y, en particular, la Astronomía están avanzando a pasos enormes, y esto conlleva algunos problemas, entre ellos, que cuantas más respuestas obtenemos, más interrogantes nuevos aparecen; o la dificultad que supone para la comunidad científica explicar esos avances a la gente común.

Además, vamos a dar relevancia al hecho de que la complicada forma de ser de los humanos hace que su funcionamiento social y la Ciencia se entremezclen de maneras complejas e inesperadas, con resultados sorprendentes que suelen pasar inadvertidos, pero que dejan marcas imborrables en nuestra especie, en nuestra cultura y en nuestro planeta, como iremos viendo.

Así que procuraremos ir por pasos y mostrar algunas cosas más comprensibles y más amenas, directamente relacionadas con la vida y con la especie humana, de entre la enorme cantidad de cuestiones que trata la Astronomía, con cierto orden correlativo, aun contando con las pequeñas dificultades científicas que conllevan y con que es necesaria la predisposición del lector a querer saber sobre estos temas. No obstante, no profundizaremos demasiado para no asustar y para que, cada cual, busque más información, si lo desea.

«Lo bueno de la ciencia es que es cierta, creas en ella o no».

Neil deGrasse Tyson, astrofísico y divulgador

«La Astronomía es una actividad que nos ensancha la mente mucho más que cualquier otra, ya que manejamos distancias, tamaños, conceptos matemáticos y científicos que desafían la imaginación para tratar de comprender el Universo, su creación y su expansión».

José Esteban Carretero y Jesús M. Vargas
Astrofotógrafos del Grupo de Astronomía de Cádiz

Imagen de pch.vector en Freepik

Últimos acontecimientos en materia de ciencias aeroespaciales

Cabe señalar que toda esta información fue recopilada y terminada de escribir poco antes de la pandemia de covid-19 por el coronavirus. Sorprendentemente, muchas de las situaciones, interrelaciones y advertencias aquí expuestas resultaron plenamente compatibles y aplicables a esa nueva y triste situación extraordinaria.

Pero la vida continuó, y tal y como se advertirá en varias ocasiones, se han ido desarrollando nuevos acontecimientos importantes... y seguirán ocurriendo. Entonces, hay que añadir lo  acontecido desde el 30 de junio de 2019, quinta celebración del Asteroid Day. Entre esa fecha y el momento actual, destacaremos estos hechos:

·    La nave de retorno de muestras china Chang’e 5 trajo unos dos kilos de polvo y rocas lunares y, después de soltar su carga hacia la superficie terrestre (estando en órbita), se extendió su misión para marchar al punto de estabilidad gravitatoria Lagrange 2.

·    La nave china Tianwen-1 llegó a Marte, quedó una parte en órbita y envió a la superficie un aterrizador que, a su vez, descargó un pequeño rover.

·    La sonda Hope de Emiratos Árabes se situó en órbita de Marte.

·    La OSIRIS-REx de la NASA inició su regreso a la Tierra con muestras del asteroide Bennu, y la Hayabusa 2 de Japón, del asteroide Ryugu.

·    Se hizo pública la intención de la agencia china de enviar dos naves al Cinturón de Kuiper.

·    Aterrizó en Marte el rover Perseverance de la NASA; además, a mayo de 2022, el pequeño helicóptero Ingenuity que portaba el rover había realizado 28 vuelos, muchos de ellos para anticipar el movimiento del rover (respecto de la pandemia de covid-19, el Perseverance lleva una pequeña placa de agradecimiento al personal sanitario).

·    Se dio a conocer la alianza Rusia-China para la exploración del espacio y la construcción de estaciones lunares en órbita y en superficie, aunque después de la absurda guerra de Ucrania, no se sabe en qué quedará la cuestión.

·    Space X y otras compañías privadas continúan sus enormes avances y pruebas de cohetes, en solitario y colaborando con la NASA.

·    La nave DART de la NASA impactó con éxito contra el satélite Dimorfo del asteroide Dídimo para hacer una prueba de desvío de asteroides peligrosos por primera vez en la historia. 

·    India aterrizó cerca del polo sur de la Luna el 22 de agosto de 2023, dos días después de estrellarse la rusa Luna 25.

·    Regresó a la Tierra la cápsula de la nave OSIRIS-REx con muestras del asteroide Bennu (24-9-23).

·    Al 13 de enero de 2024, el dron Ingenuity lleva 70 vuelos.

·    El 18 de enero de 2024 fue la despedida del Ingenuity por rotura, con 72 vuelos en tres años.

·    Hay muchísimos nuevos planes para misiones a la Luna, con y sin personas.

·    En junio de 2024, Chang’e 6 aterriza en el polo sur de La Luna; a fines de junio regresó a la Tierra con muestras de la cara oculta de la Luna.

Marte: Nuestro próximo hogar en el cosmos

Por Luis Escaned (AAHU)

Estamos en la época de observación de planetas, y queremos compartir información muy interesante sobre cada uno de ellos. Hoy hablamos de Marte, el planeta rojo.

¿Alguna vez has mirado hacia arriba en una noche clara y te has preguntado cómo será estar más allá de nuestro planeta? Si alguna vez has soñado con explorar nuevos mundos, Marte es el destino perfecto para ti.


Marte, el Planeta Rojo, nuestro vecino más cercano en el sistema solar, ha cautivado la imaginación de la humanidad durante siglos. Su color rojizo, debido al óxido de hierro en su superficie, le ha valido el apodo de «Planeta Rojo». A simple vista, parece un pequeño punto de luz en el cielo nocturno, pero a través de telescopios y sondas espaciales, hemos descubierto un mundo fascinante y lleno de misterios.

¿Por qué Marte?

Por su similitud con la Tierra: Marte es el planeta más parecido a la Tierra en nuestro sistema solar. Tiene estaciones, volcanes, el más grande el monte Olympus, un volcán de escudo de 21,9 y 610 km de diámetro.

El volcán Monte Olympus de Marte comparado con España.

Su geografía se conforma de increíbles cañones, como el Valles Marineris, de 4000 km de longitud, 200 km de ancho y hasta 11 km de profundidad, e incluso existe evidencia de que alguna vez fluyó agua líquida en su superficie.

Valles Marineris comparado con la extensión de los Estados Unidos.
Imagen de Vivid Maps.


Marte es el próximo gran objetivo de la exploración espacial. Tanto agencias espaciales como empresas privadas invierten mucho dinero y recursos en misiones a Marte, con en objetivo de enviar seres humanos al planeta rojo en las próximas décadas.

Además, Marte ofrece una inspoiración para el futuro. La exploración de Marte no solo nos permitirá expandir nuestros conocimientos sobre el universo, sino que también nos inspirará a resolver algunos de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad en la Tierra, como la escasez de recursos y el cambio climático.

Los Desafíos de Vivir en Marte

Aunque Marte parece un lugar prometedor para la colonización, existen muchos desafíos que superar:

Radiación: Marte no tiene un campo magnético como el de la Tierra, lo que lo expone a niveles peligrosos de radiación. Esa falta de campo magnético es la causante de la perdida de la atmosfera marciana, lo que provoca una baja densidad atmosférica, que resulta en falta de presión y como consecuencia, evita que haya agua líquida en superficie.

La NASA ha hecho estudios teóricos de dos propuestas interesantes:

Dipolo Magnético en el punto de Lagrange L1. Este dipolo generaría una magnetopausa que envolvería el planeta el planeta protegiéndolo de la radiación solar. How to Give Mars an Atmosphere, Maybe | News | Astrobiology (nasa.gov)

Anillo de Plasma: Sugiere ionizar la superficie de la luna Fobos para crear un anillo que actuaría como escudo magnético. Solar Eruptions Could Electrify Martian Moons - NASA Ambas ideas buscan recrear el campo magnético de la tierra en un futuro, me imagino que muy lejano

Temperatura Extrema: Las temperaturas en Marte pueden variar enormemente, desde muy frías durante la noche hasta relativamente cálidas durante el día debido a la pérdida de atmósfera.

Atmósfera Delgada: La atmósfera marciana es muy delgada, un 1% de la terrestre, y está compuesta principalmente de dióxido de carbono, lo que hace imposible respirar sin un traje espacial.

Gravedad Reducida: La gravedad en Marte es aproximadamente un tercio de la gravedad de la Tierra, lo que podría tener efectos a largo plazo en la salud humana.

¿Cómo Superaremos Estos Desafíos?

La comunidad científica y de ingeniería están trabajando arduamente para encontrar soluciones a estos desafíos. Algunas de las tecnologías que se están desarrollando incluyen:

Hábitats protegidos: Se construirán hábitats subterráneos o bajo cúpulas para proteger a los colonos de la radiación y las condiciones extremas. Con este fin, la NASA organiza concursos para conceptos de edificios en Marte.

Producción de alimentos: Se cultivarán alimentos en invernaderos utilizando sistemas hidropónicos y aeropónicos. La ESA también desarrolla planes para solucionar la producción de alimentos en Marte y en el espacio.

Producción de oxígeno, como el desarrollado dentro del proyecto MOXIE de la NASA para producir oxígeno a partir de las atmósferas ricas en dióxido de carbono de Marte.

Un Futuro en Marte

La idea de vivir en Marte puede parecer ciencia ficción; y lo es. Todavía estamos muy lejos de lograrlo. Ni siquiera hemos aterrizado una nave con capacidad de llevar personas. Se trata de un viaje muy largo y habría que llevar primero varios cohetes con alimentos y agua.

También hay que solucionar el tema de la energía, ya que los paneles solares no serían productivos hoy por hoy, y lo más probable sería una central nuclear modular.

También necesitamos un proceso industrial para crear oxígeno para respirar y para crear combustible para que la nave pueda volver a la Tierra.

La exploración de Marte no solo es una aventura emocionante, sino también una inversión en nuestro futuro como especie. Al expandir nuestros horizontes más allá de la Tierra, estamos asegurando la supervivencia de la humanidad a largo plazo.

¿Y a ti? ¿Te gustaría formar parte de esta emocionante aventura? ¡El futuro de la exploración espacial está en nuestras manos!

¿Qué más te gustaría saber sobre Marte? Deja tus preguntas en los comentarios.

Fuentes:
SpaceX - Missions: Mars
Mars Exploration Future Plan 2023 - 2043 - NASA Science https://www.tiempo.com/noticias/ciencia/valles-marineris-el-canon-mas-grande-y-mas-impresionante-del-sistema-solar.html

Los planetas visibles en otoño 2024: Un espectáculo celestial


Por Luis Escaned (AAHU)

El cielo nocturno del otoño siempre ha fascinado a la humanidad, ya que ofrece una ventana al vasto universo que nos rodea. Este otoño de 2024 no será la excepción, con varios planetas que estarán visibles a simple vista y proporcionarán un espectáculo impresionante para quienes disfrutan de la observación astronómica, ya que la temperatura fresca y la menor humedad en el aire permiten una visibilidad clara y nítida de los cuerpos celestes.


Y no me cansaré de decir que ser parte de esta Agrupación brinda acceso a un cúmulo de conocimiento colectivo. En este artículo, te guiaré a través de los planetas que serán visibles en el próximo otoño, y te proporcionaré consejos prácticos para observarlos desde los 41 grados de latitud norte.

Júpiter, el Gigante del Sistema Solar, el planeta más grande de nuestro sistema, será uno de los protagonistas del cielo otoñal. Este gigante gaseoso será visible durante la mayor parte de la noche, alcanzando su oposición el 7 de diciembre de 2024. La oposición es el momento en que Júpiter está directamente opuesto al Sol en el cielo, lo que lo hace particularmente brillante y visible durante toda la noche.

Durante este periodo, Júpiter se encontrará en la constelación de Tauro por lo que podremos identificar fácilmente la estrella más brillante de Tauro, la estrella gigante roja Aldebarán y las siempre maravillosas Pléyades. Con un telescopio pequeño, será posible observar algunas de sus características más distintivas, como las bandas de nubes y sus lunas galileanas: Ío, Europa, Ganimedes, Calisto y quién sabe si la gran macha roja.

Saturno, el Señor de los Anillos, conocido por sus impresionantes anillos compuestos de hielo y roca, también será visible en el cielo otoñal. Su oposición será el 8 de septiembre, antes de empezar el otoño, pero Saturno seguirá siendo un objeto destacado durante las primeras horas de la noche, aunque la visión de sus anillos no será la mejor, ya que su ángulo de visión es de 9 grados y disminuirá tanto que en 2025 casi no se verán. Hay que considerar que este ángulo de visión varía en ciclos de 14 años. Se encontrará en la constelación de Acuario, brillando con un tono dorado distintivo. Un telescopio de tamaño moderado permitirá ver sus anillos con claridad, así como algunos de sus satélites más grandes, como Titán.

Marte, el Planeta Rojo, aunque no estará en su máximo esplendor, será visible en el cielo vespertino durante los primeros meses del otoño. Se encontrará en la constelación de Cáncer y, aunque su brillo será modesto en comparación con Júpiter y Saturno, su característico color rojizo lo hará fácil de identificar.

En esta época, Marte estará alejándose de su oposición, pero será un gran protagonista del invierno, ya que alcanzará su posición el 16 de enero 2025. Sin embargo, quienes tienen telescopios podrán intentar observar algunas de sus características superficiales, como las regiones polares y, con algo de suerte, detalles de su superficie.

Venus, el Lucero de la Mañana, el planeta más brillante del cielo, será visible durante las últimas horas del día en el otoño de 2024. Este brillante «lucero» se lo observará al anochecer brillando intensamente en el horizonte occidental. Venus se encontrará en la constelación de Sagitario y luego se moverá hacia Capricornio.

Venus es un espectáculo fácil de disfrutar a simple vista debido a su brillo extremo. Con un telescopio, será posible observar sus fases, similares a las de la Luna. Durante este otoño, Venus pasará de ser un fino creciente a una fase más iluminada al acercarse progresivamente al Sol en el cielo.

Mercurio, el Escurridizo Mensajero de los Dioses. En el otoño de 2024, Mercurio es uno de los planetas más difíciles de observar por su proximidad al Sol. A mediados de octubre, Mercurio se situará en su máxima elongación occidental, lo que significa que será visible justo antes del amanecer en el cielo oriental a finales de noviembre puede ser visible al atardecer.

Debido a su cercanía al horizonte y a la luz solar, la observación de Mercurio puede ser un desafío, pero quienes tengan un horizonte despejado y una vista sin obstáculos podrán disfrutar de su rápida aparición antes de que el Sol lo opaque.

Consejos para la observación

1. Elige un Lugar Oscuro: La contaminación lumínica de las ciudades puede dificultar la observación de los planetas. Busca un lugar alejado de las luces artificiales para una mejor experiencia.

2. Usa binoculares o telescopios: Aunque algunos planetas son visibles a simple vista, un par de binoculares o un telescopio puede mejorar significativamente la observación y permitir que veas detalles, como las lunas de Júpiter o los anillos de Saturno.

3. Consulta aplicaciones de Astronomía: las aplicaciones móviles como Sol, luna y planetas, Daff Luna o SkyMap, pueden ser muy útiles para identificar planetas y constelaciones en tiempo real.


Bibliografia:
Astronomía: Otoño (ign.es)
https://blog.astroingeo.org/calendario-astronomico/2024/guia-observacion-cielo-septiembre-2024
https://starwalk.space/es/news/astronomy-calendar-2024

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