Por Luis Escaned (AAHU)
El sábado 4 de enero, los Reyes Magos nos obsequiaron con uno de los fenómenos astronómicos favoritos de nuestra comunidad: la ocultación de Saturno por la Luna. El tiempo no ha sido muy favorable, aunque llegado momento, algunas personas lograron disfrutarlo y capturar imágenes muy buenas para compartir. Otras no tuvimos tanta suerte, pero aprendimos de la experiencia.
El pasado 4 de enero realicé mi primera observación de una ocultación lunar, en la que la Luna cubría a Saturno. Inicialmente, había quedado con algunos compañeros del GAM para grabar el evento, pero a medida que se acercaba la fecha, las condiciones meteorológicas no parecían favorables.
Al final, decidí ir solo ya que pensé que sería más manejable. Revisé las previsiones del tiempo para varios posibles lugares de observación: Hoz de Barbastro, Monzón, Peralta de Sal y Chalamera, y opté por la ermita de Chalamera, donde según las predicciones, solo habría un 28% de nubes altas, sin nubes bajas ni medias. Además, el lugar era fácil de acceder, con una amplia explanada y poca contaminación lumínica al oeste. Como añadido interesante, la ermita, que data del siglo XII, tiene una peculiaridad astronómica: durante el solsticio, su orientación permite que el sol ilumine ciertas partes estratégicas del interior y crea efectos luminosos únicos en el suelo.
Llegué con suficiente tiempo para montar el telescopio. Aunque no pude alinear con la estrella polar porque no era visible, no era un problema, ya que la ocultación sería rápida y cualquier desviación podría corregirse manualmente. Había tomado notas detalladas sobre los tiempos del evento y realicé pruebas previas ajustando parámetros de ISO, tiempo de exposición y enfoque. Dudaba entre tomar fotos o grabar en video, y al final, sin razón concreta, me decidí por el video.
Sábado 4 de enero de 2025.
Mientras preparaba el equipo, recibí una alerta en el móvil: un chico al que sigo en YouTube, Juan Antonio, del canal Estrellas Compartidas, estaba transmitiendo la ocultación en directo. Este canal es interesante porque muestra en tiempo real cómo realiza sus observaciones, cómo resuelve problemas, siempre utiliza software libre. Me puse los auriculares para seguir la retransmisión mientras esperaba el inicio del evento. Pensé que, en lugar de preocuparme por los tiempos, el canal me avisaría de los momentos clave. Sin embargo, poco después, me sorprendió escuchar que faltaban 45 minutos para que Saturno volviera a aparecer. ¿Cómo era posible que la ocultación ya hubiera comenzado? No se me ocurrió comprobar mi cámara ni las notas que había tomado, simplemente seguí escuchando la transmisión en el móvil.
Pasados los 45 minutos, Juan Antonio anunció que Saturno estaba a punto de reaparecer, así que me preparé para grabar. Escuché cómo describía la aparición del planeta, pero yo, por más que miraba, no veía nada. Aun así, seguí grabando con la DSLR, pensando que quizá en la edición podría recuperar algo. Mi cámara no permite ver lo grabado en tiempo real, así que no tenía manera de confirmar nada en ese momento.
Mientras tanto, Juan Antonio se mostraba entusiasmado con su grabación, y yo seguía sin ver absolutamente nada. Poco después, empezó a formarse algo de nubosidad, aunque por suerte la noche no era fría. Al final de la transmisión, Juan Antonio comentó que estaba muy contento porque su cálculo de los tiempos, basado en el programa Stellarium, había sido preciso para su ubicación.
Esas dos palabras, «su ubicación», resonaron en mi cabeza como si las hubiera gritado dentro de la ermita. ¡Me di cuenta de que él estaba grabando desde Canarias, no desde mi localización! Por eso los tiempos no coincidían. Al revisar una de las aplicaciones astronómicas en mi móvil, confirmé que, según mi posición, Saturno todavía estaba detrás de la Luna. Si en lugar de mirar el móvil hubiera seguido mis propias notas, habría grabado toda la entrada de la ocultación, pero al confiar en la transmisión desde otra ubicación, perdí ese momento. Solo me quedaba intentar grabar la salida, algo más complicado, porque ocurría por la parte iluminada de la Luna, cuyo brillo dificulta la observación del planeta.
Aunque no soy experto en estas actividades, aprendí una lección importante, siempre es mejor verificar por ti mismo las observaciones, especialmente teniendo en cuenta la ubicación. Puede parecer algo obvio, pero en mi caso, por buscar la vía más sencilla, perdí la oportunidad de capturar la entrada de la ocultación y solo conseguí grabar la salida.
A pesar de todo, agradezco las fotos y videos que compartieron otros observadores desde diferentes lugares, cada uno atento a su propia ubicación. ¡Gracias!
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