Clasificación de los micrometeoritos

 Por Fernando Sa Ramón

En la entrada anterior, establecimos la presencia de micrometeoritos en cada rincón de la Tierra, ese «polvo cósmico» que cruza la atmósfera y podemos encontrar confundido entre las partículas terrestres. Aquí vamos a ahondar en su clasificación, una tarea muy minuciosa y paciente.

Micrometeoritos ordenados por su interacción térmica con la atmósfera, de menor a mayor temperatura. Adaptación del libro In Search of Stardust: Amazing Micrometeorites and Their Terrestrial Imposters, de Jon Larsen (2017)Voyageur Press Ed.

La clasificación de los micrometeoritos es un tema abierto y complejo, ya que es algo bastante reciente y, en la actualidad, se siguen investigando partículas diferentes y de diversa procedencia, pero está bastante aceptado el hecho de clasificarlas en tres grandes grupos con sus correspondientes divisiones atendiendo al resultado de su tránsito por nuestra atmósfera.

Existen otras clasificaciones y discusiones sobre si incluir o no a las esférulas resultantes de la ablación de meteoroides o a las tectitas, porque muchas de ellas contienen algo de material espacial mezclado.

De forma resumida, la clasificación de los micrometeoritos se desglosa así:

·    Partículas no fundidas:

o   De grano fino: C1 (compactos), C2, C3 (muy porosos).

o   De grano grueso:

    §  Condríticos, de tipo I y de tipo II:

o   Olivino porfirítico (con cristales diferenciados) y/o piroxeno

o   Olivino granular y/o piroxeno

o   Olivino barrado

o   Piroxeno radiado  

    §   Acondríticos

o   Refractarios:

Porosos.

>  Compactos.

>  Hidratados.

o   Ultracarbonáceos (como indica su nombre, con presencia de compuestos de carbono).

·        Partículas parcialmente fundidas, resultando una estructura escoriácea (es decir, como de escoria).

·        Esférulas que han sido fundidas, algunas de las cuales han perdido parte de su masa por vaporización (la “S” de Spherule, en inglés).

o   S – CAT (enriquecidas en Ca, Ti y Al).

o   S – Glass (vidrios).

o   S – Criptocristalinos (con cristales microscópicos).

o   S – Olivino estriado.

o   S – Olivino porfirítico (con cristales diferenciados).

o   S – Grano grueso.

o   G (magnetita dentro de vidrio de silicatos).

o   I (magnetita y wustita).

A continuación te mostramos algunas imágenes ampliadas.


Muestras de micrometeoritos recigidas en distintas locaciones por Fernando Sa Ramón.
Foto del autor.


Cientos de esférulas de varios tamaños inferiores a medio milímetro (junto a otros materiales magnéticos) a través de una simple lupa de 15 aumentos, recogidas en una terraza de Huesca. Algunas son micrometeoritos y otras no. Foto del autor.


En 2017, el músico noruego Jon Larsen, aficionado a la Geología y a la Astronomía, publicó el libro En busca de polvo de estrellas: micrometeoritos asombrosos y sus impostores terrestres, fruto de años de trabajo en su Proyecto Stardust junto a varios colaboradores científicos y numerosas personas que le enviaron muchos kilos de muestras de diversas ciudades de casi cincuenta países.

Las admirables técnicas de microfotografía múltiple con microscopio electrónico de barrido que utilizan Jon Larsen y sus colegas (Jan Braly Kihle, Michel Haak, Matthew Genge…) ofrecen imágenes fascinantes en sus libros y publicaciones.

Por ejemplo, cuando estas partículas están atravesando la atmósfera y se calientan a casi 2000 grados, los metales tienden a separarse del silicato fundido, por tensión superficial, hasta que se solidifican; de ahí esas típicas «ampollas», cuentas o perlas en la superficie o en los extremos.

Micrometeoritos de la colección de Jon Larsen, en el Atlas de los Micrometeoritos, Vol. 1.
Fotografía de Jon Larsen y Jan Braly Kihle (2020).

Cuando la gente nos pregunta por microscopios en lugar de telescopios, ya no podemos decir que «en Astronomía no se usan los microscopios, sino los telescopios». Habrá que aclarar que, primero, se utilizan los telescopios para ver lo lejano, pero después, mucha investigación requiere los microscopios para estudiar los componentes de la materia y de los meteoritos, los cristales de sus compuestos químicos… y los curiosos micrometeoritos.

«Una pieza de metal caliente en la atmósfera absorbe oxígeno. Y es una gran herramienta para medir la composición de la atmósfera superior de la Tierra. Si los científicos pueden estudiar los micrometeoritos en Marte, obtendrán una buena cantidad de datos sobre la atmósfera de este planeta en el pasado».

Matthew Genge, doctor en Geología
Especialista en Ciencias Planetarias y micrometeoritos


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