Por Luis Escaned
Una semana científica muy especial fue el mejor regalo de cumpleaños que, sin saberlo, me ha dado la Agrupación Aastronómica de Huesca. ¡Fue un cumpleaños inolvidable!
Hace poco más de un año, escribí sobre cómo, gracias a la Agrupación Astronómica de Huesca (AAHU) y sus socios, tuve la increíble oportunidad de ver y fotografiar auroras boreales desde mi propia casa en Albalate de Cinca.
Poco después de ese viaje memorable, la emoción volvió a llamar a mi puerta cuando me enteré de que la AAHU traería al profesor mexicano Miguel Alcubierre a Huesca y Zaragoza. No solo daría varias charlas, sino que también visitaría Tardienta, el pueblo de sus ancestros.
Inmediatamente pedí las fechas para solicitar una semana de vacaciones en mi trabajo. Son incontables las conferencias que he visto del Profesor Alcubierre en internet: sus charlas TEDx, sus clases como Gran Maestro en la UNAM, sus vídeos con Javier Santaolalla... Desde «Más rápido que la luz» (quizá su charla más famosa) hasta sus análisis sobre relatividad numérica, agujeros negros y ondas gravitacionales.
Cuando la Agrupación me confirmó las fechas, del 6 al 13 de junio, una sonrisa se dibujó en mi rostro. Parecía que los dioses relativistas me habían bendecido: el 14 de junio sería mi cumpleaños. Por supuesto, me apunté a todos los actos: la charla de Huesca, la de Zaragoza y la cena de despedida, con la esperanza de poder conocerlo. Movido por el entusiasmo, informé a la Agrupación de que me había tomado la semana libre y que estaba a su entera disposición para lo que necesitaran. Casi supliqué por ayudar.
La respuesta no tardó en llegar. Desde la AAHU me propusieron llevarlo a visitar el observatorio de Torres de Alcanadre. Acepté al instante. Hemos trabajado mucho para ponerlo de nuevo en funcionamiento, y recibir la visita del Profesor Alcubierre justo en su nueva etapa era el mayor aliciente para nuestro esfuerzo.
Poco después, mientras coordinaba esta visita, llegó el segundo regalo, me preguntaron si querría unirme también a la visita al Laboratorio Subterráneo de Canfranc (LSC) con él. Por supuesto que dije que sí. Menudo regalo de cumpleaños. ¿Qué más podía pedir?
Pero siempre hay una joya final. El viernes 6 de junio recibí una llamada de la AAHU:
—¿Podrías llevar en tu coche a Miguel Alcubierre desde su hotel en Huesca a la Universidad de Zaragoza el miércoles 11?
—¡Por supuesto! —dije, y lo siguiente que pensé fue «tengo que limpiar el coche».
Fuimos el lunes 9 con un grupo de Monzón a ver la charla «Más rápido que la luz», pero no tuve la oportunidad de hablar con él (o fui tímido para presentarme). De lo que sí me di cuenta enseguida es de lo abierto que era con la gente a pesar de la gran cantidad de fotos que le pidieron.
El martes 10 era el día en que tenía que hablar con él; vino a visitar el observatorio de Torres de Alcanadre (OATA), donde le explicamos las características del telescopio, los proyectos actuales en los que estamos inmersos y los futuros en los que queremos trabajar.

Luis Escaned muestra a Miguel Alcubierre el telescopio del Observatorio Astronómico de Torres de Alcanadre (OATA), 10 de junio de 2025. Foto de la AAHU.
El miércoles fui a recoger en con mi coche al profesor para llevarlo a la Facultad de ciencias de la Universidad de Zaragoza. No sabía realmente a qué actos iba a asistir, así que pregunte y me contaron que impartiría un taller sobre «Relatividad numérica y ondas gravitacionales». Mi siguiente pensamiento fue: «Espero que al chófer le dejen entrar; si hace falta, me presento como la seguridad privada del profesor, pero tengo que escucharlo». No solo pude verlo, sino que tuvo que usar mi portátil para la proyección porque su Apple no reconoció el proyector o viceversa; en resumen, la conferencia, en mi alma mater, la hizo con mi portátil. Ese honor fue otro regalo inesperado.
¿Cuántas sorpresas más me quedaban por abrir?
Pues alguna más hubo. Cuando fuimos al Patio de la Infanta, nos recibió el personal de la sala, sabían la expectación que había creado la charla del Profesor Alcubierre, aforo lleno, casi 400 personas. Después nos fuimos a cenar, y no sé cómo, porque no fue deliberado, terminé sentado entre el hijo del Profesor Alcubierre, Juan, y el presidente de la Federación de Asociaciones Astronómicas de España, Joaquín Álvaro Contreras, quien me asesoró para conectar la estación meteorológica de Torres con la cúpula y contactos, para entrar en el proyecto Exoclock: noche amortizada.
Nos quedaba la última jornada, el Laboratorio Subterráneo de Canfranc. Llegué el último a Canfranc y los vi andando por la calle, paré y me preguntó Alberto, presidente de la AAHU, si podía llevar al profesor y a su hijo a conocer la estación internacional de Canfranc. ¿Cómo no? Subieron a mi coche otra vez, y en esta oportunidad, obré de guía en la estación contestando sus preguntas sobre el edificio y su historia, otro regalo para mí.
Al poco nos fuimos a visitar el Laboratorio, el personal siempre atento a las preguntas nuestras y del profesor, y explicándonos los experimentos sobre detección de materia oscura y, lo más sorprendente, sobre biología: un estudio de cómo reaccionan los embriones de peces a la falta de radiación con vistas de poder desarrollar, en un futuro lejano, una piscifactoría en el espacio. Todos nos quedamos sorprendidos con ese experimento.
Esto es un resumen de como yo viví esa visita; más que un resumen de una visita de Miguel Alcubierre a la AAHU, es un resumen de sentimientos a veces encontrados.
Muchas gracias, AAHU. ¡He recibido mucho más de lo que he dado!
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