Con los pies en la Luna - Parte II

 Por Fernando Sa Ramón (AAHU)

¿Cuántas misiones ha habido hacia la Luna, quiénes han ido y qué nos han traido? Más sobre las misiones a la Luna.

Esquema del gigantesco cohete Saturno 5 con la fase S-IVB y los módulos lunares. Las fases S-IVB, las fases de Descenso y las de Ascenso, de todas las misiones Apolo, han quedado o se han estrellado en la Luna, excepto el módulo lunar de la Apolo 10 (apodado Snoopy), que está perdido en órbita solar, y las fases superiores de la Apolo 13, quemadas en la atmósfera terrestre a su regreso. @NASA.

Hasta hoy se cuenta que ha habido unos 550 astronautas de 39 países en órbitas terrestres, y de ellos, solo 24 han estado en la Luna (alrededor o en la superficie). Existen algunos desacuerdos sobre la cifra, específicamente en cuanto a la definición de «astronauta»; por quienes han perecido en accidentes o en el despegue; y por los nuevos turistas multimillonarios que pagan fortunas por salir al espacio.

De esas aproximadamente 550 personas, solo 56 son mujeres. Gran parte de esto se debía al sesgo sexista que las ha excluido históricamente de esta y todas las disciplinas y áreas de conocimiento científico en general, siempre dominado por el hombre. También cabe decir que un posible factor sea que el umbral de exposición a las radiaciones espaciales es menor en las mujeres, y existe un riesgo ciertamente mayor de contraer cáncer debido a las glándulas mamarias. Por los riesagos que hay tanto para hombres como para mujeres, de pronto, se limita la duración de las misiones, para reducir el tiempo de exposición y garantizar la máxima seguridad posible a quienes viajan.

Antes de esas personas, tanto los países soviéticos como Estados Unidos (desde 1957), han enviado gran cantidad de animales y plantas a órbitas cercanas para su estudio, y esto, si bien hoy es éticamente cuestionable para mucha gente, se sigue haciendo (se han enviado perros, comenzando por la famosa Laika, y muchos monos, gatos e insectos de varias especies; tortugas, bacterias, virus, hongos, peces, ratones, plantas, etc.). En la última nave China, se envió un pequeño cargamento de semillas y huevos de moscas de la fruta para estudiar cómo les afecta la radiación y la escasa gravedad.

¿Qué nos han traído de la Luna?

Una de las cuestiones más llamativas de la estancia humana en la Luna es lo que se ha traído de ella y lo que se ha dejado en ella. Y no son pequeñas cantidades. Las misiones Apolo de EEUU trajeron 382 kilos de polvo y rocas: Apolo 11 trajo 22 kg; Apolo 12 trajo 34 kg; Apolo 14, 43 kg; Apolo 15, 77 kg; Apolo 16, 95 kg; y Apolo 17, (¡cuidado!) 111 kg. Unas sondas soviéticas no tripuladas fueron capaces de traer a la Tierra 326 gramos en esos mismos años: la sonda Luna 16, 101 g, la Luna 20, 55 g, y la Luna 24, 170 g.

El astronauta y geólogo Harrison H. Schmitt recogiendo arenilla lunar (regolito) en la misión Apolo 17. @NASA.

El penúltimo hombre en pisar la Luna, hasta la fecha, y el único que era científico (puesto que todos los demás pertenecían a las fuerzas aéreas), fue el geólogo Harrison «Jack» Schmitt, de la tripulación del Apolo 17. Podemos imaginar que un geólogo en la Luna es como la máxima aspiración de un ser humano hecha realidad… Se trajeron 111 kg de rocas lunares, de dos a cinco veces más que otras misiones, y se cuenta que sus compañeros le tuvieron que decir que ya bastaba de recoger muestras, o lo dejarían a él en la Luna a cambio. 

La mayor parte de estas rocas del programa Apolo se guardan en el Laboratorio de Recepción Lunar del Centro Espacial Lyndon B. Johnson, en Houston, Texas; otra parte menor en la base aérea Brooks, de San Antonio, Texas; y en unos pocos laboratorios y museos por todo el mundo; sólo tres de ellas se pueden tocar: una en el Smithsonian de Washington, otra en el Centro Espacial de Houston, y otra en la Universidad Nacional de México.

Muestras protegidas de rocas lunares en el Laboratorio de Recepción Lunar del Centro Espacial Lyndon B. Johnson de Houston. @NASA.

El gobierno de Nixon y la NASA regalaron unas muestras de las recogidas por las misiones Apolo 11 y Apolo17, junto con unas placas conmemorativas, a todos los estados de EEUU y a 135 países al principio de la década de los años setenta. Al parecer, como demuestran ciertas conductas humanas, algo tan interesante y bonito no se debería haber regalado así, y se ha perdido el rastro de más de la mitad de ellas (sí, en España también), otras ya no se exhiben al público, otras han sido robadas y, por supuesto, no faltan abundantes falsificaciones y un mercado ilegal de compraventa; en fin, cosas que suelen pasar cuando la ambición humana se topa con las obras de arte, reliquias y otros objetos «coleccionables».

En otro hecho histórico que injustamente no ha sido bien divulgado, la Agencia Espacial China trajo unos dos kilos de suelo lunar el 16 de diciembre de 2020. Todos los aportes, grandes o pequeños, han contribuido a nuestro avance como especie.

Con los pies en la Luna - Parte I

 Por Fernando Sa Ramón (AAHU)

Foto oficial de la tripulación de Apollo 11: Armstrong, Collins y Aldrin. @NASA

La llegada de la humanidad a la Luna es un acontecimiento que ha sido blanco de infinidad de teorías conspiratorias y negacionistas, a pesar de ser (o quizá porque es) uno de los hechos más trascendentales de la historia, desde lo social y desde lo evolutivo, al que mucha gente no otorga toda la importancia que merece.

Y tan importantes como la llegada a la Luna son las salidas al espacio hasta órbitas cercanas, el envío de máquinas no tripuladas a Venus, Marte y decenas de otros cuerpos del Sistema Solar. Son logros de una complejidad tecnológica y de una trascendencia mucho mayores de lo que cabe dimensionar y de lo que se cuenta.

A la Luna han viajado 24 hombres, como detallaremos después, pero no fueron los primeros seres vivos; los primeros fueron más pequeños, y no nos referimos a los monos y los perros (como Laika), pues éstos sólo estuvieron en órbitas terrestres. El programa espacial soviético Zond, de las décadas de 1960 y 1970, envió diversas naves automáticas a órbitas terrestres, a Venus, Marte y la Luna, con sus éxitos y fracasos. La primera nave en dar la vuelta a la Luna y regresar a la Tierra con éxito y la segunda en llegar a la Luna fue la soviética Zond 5 (una Soyuz 7K-L1), tres meses antes que el Apolo 8 norteamericano, y a bordo llevaba un cargamento de pequeños seres vivos: tortugas, lombrices, moscas, gusanos, plantas, semillas y bacterias.

Antes de llegar a la Luna, se hicieron numerosas pruebas y experimentos con los primeros misiles y cohetes, y mediante los programas Mercury y Gemini, de vital importancia para preparar el proyecto Apolo y el colosal Saturno 5, con sus 111 m, 3800 toneladas (3500 de combustible) y su gasto de 15 toneladas por segundo para sacar de la gravedad terrestre a los astronautas y su equipamiento. En la superficie de la Luna han estado 12 astronautas de Estados Unidos en 6 misiones Apolo (Apolo 11, 12, 14, 15, 16, y 17); 6 más permanecieron en órbita, puesto que, en cada misión, iban 3 hombres, 2 alunizaban y otro esperaba en el módulo de mando a que regresaran con la mitad del módulo lunar (módulo de ascenso) para acoplarse y volver a la Tierra. Y hay que añadir a las tripulaciones de las dos misiones destinadas a preparar la llegada de los primeros astronautas (en julio de 1969): Apolo 8, que orbitó por primera vez nuestro satélite con una tripulación humana, a finales de diciembre de 1968, pero sin aterrizar, durante sus diez órbitas de prueba, con lo cual, también, fueron los primeros en ver la cara oculta de la Luna (y los primeros en pasar de la influencia gravitatoria de la Tierra a la de la Luna); y Apolo 10 unos meses después, que realizó 31 órbitas y se acercó a sólo 14 km de la superficie.

Todos estos hombres, más los 3 del Apolo 13, que, tras la explosión en el módulo de servicio, sobrevolaron la Luna una vez y tuvieron que regresar a la Tierra sin alunizar, son los únicos que han estado en la Luna y han visto en directo su cara oculta, al menos una parte, ya que fueron en fase creciente o menguante para que la iluminación lateral, que produce sombras, ayudara a la navegación y los trabajos. Son 24 hombres en total, no 27, porque 3 estuvieron dos veces. La misión Apolo 9 sirvió para probar en órbitas terrestres los trajes espaciales, el módulo lunar y los ensamblajes entre módulos.

Vista de la Tierra desde la Luna, misión Apolo 11. @NASA

No ha vuelto a haber misiones tripuladas a la Luna, a pesar de algunos anuncios que no se han cumplido, aunque sí numerosas naves automáticas, vehículos robotizados y satélites. Las misiones Apolo 18, 19 y 20 fueron canceladas por falta de presupuesto, pero los cohetes Saturno aún se usaron varias veces más para otras puestas en órbitas. Tampoco han alunizado astronautas en la cara oculta, aunque se propuso; no se hizo porque es más peligroso y es necesario un satélite de apoyo para las comunicaciones. Hoy día sería un poco más fácil; de hecho, China ha logrado llevar una nave no tripulada con un rover en enero de 2019. 

Los 12 astronautas que pisaron la Luna fueron Neil Armstrong y Buzz Aldrin (Apolo 11), Charles Conrad y Alan Bean (Apolo 12), Alan Shepard y Edgar Mitchell (Apolo 14), David Scott y Jim Irwin (Apolo 15), John Young y Charles Duke (Apolo 16), Eugene Cernan y Harrison Schmitt (Apolo 17). 

Los 6 que los esperaron en órbita en los módulos de mando: Michael Collins (Apolo 11), Richard Gordon (Apolo 12), Stuart Roosa (Apolo 14), Alfred Worden (Apolo 15), Thomas Mattingly (Apolo 16) y Ronald Evans (Apolo 17). No es que tuvieran menos suerte, es que eran los mejores de entre los mejores pilotos, y en ellos se depositó la confianza de recoger a sus compañeros cuando volvían de la superficie lunar, una tarea muy delicada. 

Tripulación que orbitó la Luna con el Apolo 8: Frank Bormann, James Lowel y William Anders.

Tripulación que orbitó con el Apolo 10: Tom Stafford, John Young y Eugene Cernan.

Tripulación del Apolo 13: James Lowell, Fred Haise y John Swigert.

Nótese que James Lowell estuvo dos veces en órbita, pero nunca en la superficie, y que John Young y Eugene Cernan estuvieron una vez en órbita y otra en la superficie. No hay que quitar ni un ápice de importancia al hecho de que Neil Armstrong fuese el primero en pisar la Luna, pero tampoco olvidar que le tocó a él por casualidad, como podría haber sido cualquier otro, ni a los que murieron en las pruebas, ni la epopeya del Apolo 13, ni que fue una labor de equipo que involucró a unas 400 000 personas, entre personal científico, empresas y administración, y que costó más de 100 000 millones de dólares.


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